Finalizada la fase de toma de datos el consultor ha reunido un enorme caudal de información en sus manos e incluso en su retina si ha optado por seguir el modelo presencial. Cuanto más sistemático haya sido en esa captura de información más fácil y productivo será en análisis resultante. Siendo prácticos debemos tener presentes dos aspectos:
- Estamos obligados a elaborar un informe de análisis de situación actual que pueda ser entendido.
- No toda la información que hemos recopilado debe ser volcada en el informe.
Yo mismo he sometido a mis clientes en mis primeros trabajos de consultoría a unos informes enciclopédicos, abrumadores en cuanto a datos y conclusiones que sólo podían ser entendidos por un experto pero que corrían el riesgo de no ir más allá.
La meta de la consultoría documental es proponer un escenario que mejore la situación de partida, realista y que pueda ser implantado.
La fase de análisis tiene como meta obtener una fotografía de la situación de partida, sin ningún otro propósito que identificar los aspectos internos y externos que condicionan y modelan el momento actual.
Por ejemplo, imaginen que tengo que analizar el entorno de seguridad y condiciones de instalación de determinados depósitos de archivo. Aunque en la captura de información haya recopilado determinados datos sobre los fondos documentales instalados no considero que deba volcar en el informe un inventario previo somero y sí sistematizar aspectos como: capacidad, saturación, seguridad activa, seguridad pasiva, riesgos medioambientales, mobiliario, políticas de preservación, sistemas de instalación, iluminación…
El análisis se centrará únicamente en los objetivos definidos anteriormente para la captura de información. No debería tampoco intentar abarcar más, no ha recopilado otras informaciones y por lo tanto no podrá defender los argumentos con un corpus de datos que avale su análisis.
Seguimos avanzando en el análisis en las próximas entradas.
Emilio Sanz, fecit.
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