Si en la entrada anterior se comentaba que hay que demostrar el saber dirigir, en esta trasladamos las doce pautas de Eugene Raudsepp (1987), basadas en la flexibilidad, como un modelo orientativo que un responsable de proyecto debe al menos conocer, para un liderazgo eficaz.
Sigo haciendo referencia directa al libro de Weiss, Joseph; Wysocki, Robert. (1994) Dirección de Proyectos. Las 5 fases de su desarrollo. Addison-Weslwy Iberoamericana S.A. Wilgminton, Delaware, USA. Las ideas que quiero reflejar están perfectamente sintetizadas y como buenos gestores no vamos a inventar la rueda, sencillamente nos fijamos de los maestros y aprendemos:
- No sobredirija, no sobreobserve o sobreinforme
- Reconozca las diferencias individuales. Sea perspicaz para apreciar las características únicas de cada persona.
- Ayude a sus subordinados a mirar los problemas como cambios.
- Evalúe a sus empleados en relación a la forma en que ellos piensan que son más creativos o que les gustaría serlo en mayor grado, y al tipo de contribución creativa que más les gustaría hacer.
- Permita a los individuos mayor libertad para orientar su propio trabajo.
- Entrénese usted mismo y a los demás para responder a las partes positivas de las ideas propuestas, en vez de reaccionar a las negativas, que con frecuencia son más fáciles de detectar.
- Desarrolle mayor tolerancia a la frustración por equivocaciones y errores.
- Ofrezca una atmósfera segura ante los fracasos.
- Sea una persona de recursos en vez de un controlador, y un facilitador en vez de un jefe.
- Actúe como amortiguador entre los empleados y los problemas externos o las exigencias de «arriba».
- Fomente su propia habilidad creativa a través de talleres y seminarios, lecturas especializadas y la práctica de ejercicios y juegos creativos.
- Asegúrese de que las ideas innovadoras se transmiten a su jefe con su apoyo y respaldo; luego insista en los mecanismos de retroalimentación, sin ésta el flujo de ideas creativas se interrumpe porque los innovadores sienten que sus ideas no reciben la atención que merecen y tampoco son tomadas en serio.
La verdad que estas pautas y estas orientaciones generales que vamos plasmando son útiles para cualquier tipo de proyecto, bien sea de naturaleza documental o archivística como es nuestro caso, pero será igual de válido en un proyecto de ingeniería.
Seguimos aprendiendo.
Emilio Sanz, fecit.
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