Consejos de Sun Tzu para Gestores de Información. Tres ideas útiles

Me parece interesante terminar estos contenidos elaborados a partir de la lectura de El Arte de la Guerra de Sun Tzu, en su versión adaptada para escuelas de negocios, con tres ideas, algunas ya comentadas, que deberíamos tener presente en nuestras estrategias de servicios con nuestros clientes internos y externos.

Hazlo bien:

Toda ventaja competitiva se basa en la ejecución eficaz. La planificación es importante, pero los actos son la fuente del éxito. Sin actos eficaces, la planificación es un ejercicio estéril. Los teóricos modernos de la gestión creen que la tendencia a actuar, más que a planificar, mejoran sustancialmente las posibilidades de éxito.

Sun Tzu afirma que la ventaja competitiva surge cuando se crean oportunidades favorables, y, a continuación, se actúa aprovechando estas oportunidades en el momento adecuado, los ganadores son los que hacen lo correcto en el momento correcto.

Toma de decisiones:

La mayoría de decisiones que se toman durante las actividades competitivas tienen un elemento de incertidumbre. Sencillamente no podemos saberlo todo. Aun así, es preciso tomar decisiones. Sun Tzu nos dice que evaluemos las posibilidades de éxito antes de actuar.

Sencillez, velocidad e innovación:

Haz cosas sencillas siempre que puedas. Los métodos sencillos son eficaces y económicos. Pruébalos primero. Si no dan resultado, siempre tendrás tiempo de probar con otra cosa.

La velocidad y la innovación son las claves para ir por delante. Haz cosas sencillas y hazlas bien, aumentarás espectacularmente tus posibilidades de vencer. Esto se cumple especialmente cuando tu competencia cree que la complejidad engendra el éxito.

Lo más frecuente es que la complejidad engendre gastos fijos. Las estrategias que derrochan tiempo y que agotan los recursos no funcionan bien nunca. Cuando el agua fluye, evita el terreno elevado y busca las tierras bajas. Del mismo modo, las estrategias de éxito evitan los métodos difíciles y buscan los fáciles.

Creo que no hace falta ningún comentario más.

Emilio Sanz, fecit.