Innovación y competencia

La supervivencia de una organización o empresa, un departamento, un servicio o tu mismo puesto como gestor de información pueden estar en riego en una situación de obsolescencia de métodos y planteamientos.

Los procesos de innovación y transición tecnológica hace no muchos años eran casi previsibles y hasta comprensibles pero actualmente esto es sustancialmente distinto. Utilicemos un ejemplo fácil de entender, la televisión. En mi casa tengo todavía un televisor de tecnología basada en tubo de rayos catódicos (creo que fue comprado en 2006) y cuando adquiera otro aparato me habré saltado varias tecnologías que no voy a conocer, como sistemas de proyección, cristal líquido, plasma, led, etc.

La innovación y la competencia son dos constantes estratégicas a las que debemos prestar especial atención.

“Busca constantemente, por lo tanto, nuevos planteamientos y métodos, consigue nuevos segmentos de mercado y clientes diferentes”.

Puedes innovar en tu servicio de gestión de información y documentos corporativo pero si no eres competente no servirá de nada. No podemos justificar nuestro “espíritu innovador” por la implantación de tecnología o métodos si el resultado final no satisface a nuestros clientes (internos y externos). Estamos igual o peor y además hemos incurrido en un coste que no se traduce en una ventaja competitiva.

“Mantén tu buena fama y tu reputación excelente ante los que determinan tu futuro. Mantén presente la calidad y el valor de tus productos en las mentes de tus clientes.”

“Busca indicadores de la falta de satisfacción de tus clientes”

Esta última frase se puede reescribir diciendo, responsabilízate de la calidad de tu servicio como gestor de información y documentos.

Tengamos presente que la innovación en sentido amplio (no sólo tecnológica) se ha configurado como una sólida estrategia de supervivencia y crecimiento. No innovar supone asumir un factor de riesgo crítico.

La siguiente frase resume además una actitud que debería estar presente en todos aquellos profesionales que deben prestar un servicio excelente, como los gestores de información y documentos.  “Piensa bien cómo puedes beneficiar a aquellos a los que prestas servicio”.

Igual que un actor se retira satisfecho del escenario cuando su público aplaude, un gestor de información estará seguro del éxito de su trabajo cuando los indicadores de satisfacción de sus clientes así lo demuestren.

Emilio Sanz, fecit.