Soy de los que piensa que gracias a la tecnología y a la implantación del documento electrónico la profesión de archivero y/o gestor de información ha ganado visibilidad y posición, más allá del perfil historicista al que todo el mundo vinculaba a estos profesionales y que realmente no podía satisfacer la demanda del contexto de gestión al que deben dar servicio y que obliga necesariamente a una profunda reconversión profesional.
Muchos archiveros han invertido mucho tiempo y recursos en transformarse y adaptarse al nuevo perfil exigido por el contexto actual y futuro. Conozco a más de una persona que ha pasado del protocolo notarial a Moreq o a ISO 15489 para poder hacer frente a los nuevos retos.
Sin embargo hay que ganarse la posición, aquí el título no vale sino la capacidad y los resultados, tanto para el profesional que trabaja para las Administraciones Públicas como para el que se posiciona en el sector privado.
Pero no sólo se trata de exquisita calidad de servicio como la que hemos apuntado en la entrada anterior sino capacidad de adaptarse a modelos cambiantes, anticiparse e incluso en muchos casos moverse en contextos con alto grado de indefinición.
Esto es lo que nos exige el contexto actual, nos guste o no.
Emilio Sanz, fecit.
COMENTARIOS RECIENTES