Mucha veces los compañeros de trabajo, jefes, familiares, amigos, conocidos o emprendedores nos hablan de las ideas o buenas ideas que tienen sobre esto o aquello, pero la realidad es que las ideas en sí mismas no valen para nada.

Dicho de otro modo, transformar una idea en algo útil, no es sencillo y requiere de un esfuerzo contante, de inversión, tiempo, formación, contactos, inteligencia, etc, etc. Es decir, un camino que muy pocos están dispuestos a recorrer, aunque tengan buenas ideas.

Para aquellos que quieran intentar transformar su idea en un posible negocio o en algo beneficioso, recomiendo leer, El libro negro del emprendedor de Fernando Tría de Bes, una magnífica obra que analiza los factores del fracaso de los emprendedores.

El libro trata de rellenar un hueco existente en la literatura empresarial. Sólo un 0,02% de los textos se centran en el fracaso, cuando un 95% de los emprendedores no supera el quinto año de actividad.

Conocer a tu enemigo te da ventajas y por eso valoro tanto este libro, especialmente cuando muchos de los factores de riesgo residen en uno mismo. La obra mantiene un tono irónico que hace muy llevadera la lectura.

En autor escribe en la página 20, “En resumen, este libro es su prueba de fuego definitiva. Si al volver la última página aún quiere seguir adelante con su idea, sin duda alguna es usted un emprendedor auténtico”.

Emilio Sanz, fecit.